Hoy vengo a ti, Señor,
con la certeza de que vendarás las heridas pasadas,
presentes y futuras de las familias para su bienestar.
Te ruego Señor,
que escuches las súplicas para la sanación de las familias,
tu eres el único que puede ayudar a los corazones
que se encuentran abatidos;
ofreciéndoles sanidad a su alma desde tu monte santo,
y así con tu manto de amor; los cubras y los bendigas para siempre.
Padre amado, te imploro,
que trates con cada miembro de mi familia referente a sus labores,
y que tus mandamientos siempre estén inscritos,
para enseñarles a los hijos,
así como grabados en la tabla de sus corazones.
Te suplico mi Señor,
para que guardes del mal a mi familia,
y que tu presencia llegue a iluminarles
y restaurarles sus vidas.
Saca Señor, y echa fuera de nuestros hogares toda inmundicia,
división, confusión y también malos entendidos
para que no sigan operando,
y dañando las relaciones personales de la familia.
Amén
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