Señor de las tinieblas, te pido que hagas de la vida de (decimos el nombre completo de la persona a quien se dedica el ritual), un continuo calvario en todo momento y situación, para que falle en todo aspecto de su vida, y no sea capaz de ver ninguna solución.
Inunda su vida con miseria, dolor, tristeza, preocupación, cansancio y enfermedad, para que no sea capaz de pensar claramente, ni sentirse sereno ni mucho menos concretar objetivos, planes, sueños o deseos.
Que, así como el tren pasa rápidamente sobre las vías del tren, llevándose y arrasando todo a su paso, cortando, rompiendo y arrancando incluso la vida de quien se interponga, sean dañados, rotos arrancados y arrasados todos los ámbitos de la vida de, (decimos el nombre completo de la persona a quien se dedica el ritual).
Llena su cuerpo con toda clase de enfermedades, para que, además de los conflictos que no podrá solucionar, tampoco pueda disfrutar la vida fuera de ellos, pues los dolores, incomodidades y síntomas físicos y mentales de toda clase de padecimientos, se lo impedirán incluso mientras duerme.
Deja que (decimos el nombre completo la persona a quien se dedica el ritual), se consuma como estas velas, sumergiéndose en toda clase de vicios, que lo cegarán y extinguirán cada día de manera lenta y tortuosa.
¡Te lo pido oh! rey de la oscuridad, con mi plena devoción puesta en ti, pues mientras unos buscan la luz, yo deseo convertir todo en oscuridad, para que este plano luzca y se sienta como tu gran reino.
Se que no podrás resistirte a mi llamado, y la ofrenda de destruir la vida de (decimos el nombre completo de la persona a quien se dedica el ritual), por lo que doy por sentado que así sucederá, sin que nadie pueda evitarlo.
Que así sea, así se haga y así será.
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