Ponemos en tus manos y pedimos tu resguardo para este lugar, (nombre o descripción del lugar), en el que nos gustaría que todo aquel que entre o habite, no tenga más que buenas intenciones, y no sea ni visto ni visitado por quienes solo desean ver sufrir a su prójimo, por envidias, amor a lo ajeno, o simple placer al hacer daño.
Libéranos de los males del cuerpo y alma, y haz de este recinto, un templo de protección, seguridad y armonía, para que podamos disfrutar de la vida de nuevo, y no estar constantemente preocupados por los rufianes.
Amado San Benito, usa tu sagrado poder para defendernos de las astucias de los enemigos, y destierra de este lugar, las asechanzas de los malignos, ya sean personas, espíritus o demonios, para que al menos aquí dentro, nada ni nadie interfiera con nuestra salud, bienestar y voluntad.
Ayúdanos a superar las angustias, los miedos y limitaciones, a los que nos hemos aferrado, por malas experiencias y angustias pasadas, permitiéndonos sin ellos ver al fin, libres nuestros caminos sin interferencias estando en este lugar.
Te pido San Benito misericordioso, el favorable y pronto resultado a esta oración, pues en ti y en nuestro amado Señor está siempre nuestra fe y confianza, seguros de que las injusticias no son bien vistas por ustedes, quienes solo abrazan la justicia y la verdad.
Te lo pedimos poderoso Santo, agradecidos siempre por tus favores.
Amén.
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