Oh poderosa Afrodita, diosa inmortal del amor sublime, reina del deseo, del encanto, de la pasión que enciende corazones, escucha mi llamado desde el fondo de mi alma, y ven con tu luz brillante a tocar mi vida con el don sagrado del amor verdadero.
Afrodita, tú que conoces los secretos del corazón humano, tú que ves más allá de la apariencia y entiendes la profundidad del alma, guía mi camino hacia un amor que sea real, puro, recíproco y duradero. No deseo un juego pasajero, ni palabras vacías, sino una conexión profunda, donde el alma y el cuerpo se abracen con sinceridad.
Hazme digno(a) de ese amor. Enséñame a amar con autenticidad, sin máscaras ni temores. Despierta en mí la ternura y el deseo, la compasión y la pasión, y que mi alma brille con tanta luz, que el amor verdadero me reconozca y me encuentre.
Afrodita celestial, madre del amor divino, recibo tu bendición en mi cuerpo, mi mente y mi espíritu. Te honro con gratitud, te invoco con devoción, y confío en que tu poder envolverá mi vida con el amor que merezco. No deseo un juego pasajero, ni palabras vacías, sino una conexión profunda, donde el alma y el cuerpo se abracen con sinceridad.
Que así sea, bajo tu sagrada protección, Así es, Así será.
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