Virgen santísima, reina
de todos los cielos,
me arrodillo ante ti en
estos momentos
tan duros que me han
tocado vivir,
ya que solo tú puedes
comprender el porqué.
Ante ti me presento
porque solo tu
me puedes dar las
respuestas a
estas situaciones tan
difíciles
que se me están
presentando
y me hacen sentir
desesperación todo el tiempo.
Madre, tú que eres tan
buena y generosa,
mírame con ojos de
misericordia y amor,
porque nada es imposible
para ti.
Creo en ti y en todo tu
poder,
para que me puedas
ayudar en estos momentos
que solo veo nubes
grises y
un gran muro que cierra
todos mis caminos.
No permitas que esto me
detenga,
cobíjame con la fuerza
de tu manto
y protégeme a cada
momento,
para que nada me aleje
de tu amor.
Te agradezco por todo
lo que haces por mí,
por tu protección y tu
grandísima gracia,
que, ante los momentos
de oscuridad,
iluminas con tu bendita
y poderosa luz.
Señora mía, tú que
conoces mi situación
y estos momentos tan
difíciles y desesperantes para mí,
ayúdame a sanar mi
dolor y mis sentimientos,
en ti confió madre
santísima.
Yo sé que tú serás la
que me dé la salida,
tú serás mi refugio
siempre,
como fiel seguidor y
sirviente tuyo
nunca me alejare de ti.
Gracias Virgen
santísima por escucharme
y por todos los grandes
planes que tienes para mí.
Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario